lunes, 8 de septiembre de 2008
¿ Ser o no ser una " madre añosa"?
Una mujer de más de 40 tiene un quinto de las posibilidades de concebir un bebé naturalmente que una mujer de menos de 35 años: 10 % de los casos resulta exitosos, comparado con un 60% de posibilidades de embarazos en las mujeres más jóvenes. La especie humana no es demasiado prolífica. En otros estudios dice que en general, sólo un 25% de relaciones sexuales sin anticonceptivos, entre personas fértiles y jóvenes terminan en embarazo. Para colmo, si una mujer de 40 años quedara embarazada, sus posibilidades de llevar el embarazo a término son un séptimo de las que tienen las mujeres de 30. Porque el riesgo de perder embarazos aumenta desde un 21% a un 46% después de los 40 años.
Puedes hacer un cálculo simple para conocer tu fertilidad: divídela por tres si tienes 40 años, y por cuatro si tienes 45. Es decir: si en cuatro años tuviste tres hijos, calcula que ahora hay grandes posibilidades de que en cuatro años de intentos infructuosos tengas, con suerte, un solo hijo.
No sólo la calidad de los óvulos disminuye, sino que, como los óvulos cuarentones son más vagos, les cuesta más implantarse en el útero. Si a esto sumamos que se está descubriendo que los espermatozoides masculinos también envejecen, resulta que la especie humana es absolutamente inefectiva en cuanto a reproducción refiere.
Por eso no se entiende por qué los sábados a la noche no se consiguen entradas para el teatro, no haya lugar para estacionar, no haya vacantes en hoteles y haya siempre cola en las cajas del supermercado. ¿De dónde sale tanta gente, si parece que el hecho de que nazcan bebés es casi un milagro?
Curiosamente, y contra todos los pronósticos, todas estas noticias ginecológicas no asustan a las madres grandes, sino que les produce un efecto contrario: en vez de decir “ Entonces ni lo intento”, todas dicen “Entonces, mejor me apuro”.
En Estados Unidos, en los últimos 20 años, la cantidad de mujeres que decide tener hijos después de los 40 aumentó en un 50%. Sólo en 1996 nacieron 71.000 bebés de mujeres de entre 40 y 44 años, y 3000 bebés de mamas de 45 a 49 años.
¿Por qué pasa esto? Porque los 40 es la edad en que muchas mujeres ya lograron establecerse en su carrera, independizarse, tener una vida propia, poner sus finanzas en orden y conformarse con el amor que le tocó en suerte, y está en el momento más estable de su vida.Recién a partir de los 40 ciertas mujeres pueden contar con casa propia, algunos ahorros o un sueldo confiable a fin de mes. Y justo a la edad en que encontramos ciertos logros en nuestra carrera y podemos pensar en disfrutar de un bebé...¡ nos dicen que nuestros óvulos están estrellándose como bombitas de crema en una cartera demasiado sacudida!
¿Por qué insistimos entonces en pasar tratamientos dolorosísimos, correr riesgos de abortos espontáneos o de gestar chicos con problemas genéticos graves? Porque ninguna mujer se quiere privar del inmenso placer de dar vida, de sentir unos bracitos regordetes rodeándonos el cuello, de saber que nuestros esfuerzos cotidianos valieron la pena al ver un hombrecito o una mujercita que prolonga nuestros genes infinitamente en el tiempo.
Miren a las famosas: Madonna, Jodie Foster, Michelle Pfeiffer, Andrea del Boca, Cecilia Roth, Nicole Kidman, Isabel Adjani...Son amadas, admiradas, millonarias ...
¿Qué más les pueden pedir a la vida?
Y sin embargo, todas ellas, viendo que los 40 se acercaban inexorablemente ( o habiéndolos ya pasado), con marido o sin él , quedaron embarazadas o adoptaron bebés estando en la plenitud de sus carreras.
Si no tenemos más hijos... ¿ de qué hablaríamos con los hijos grandes? Es más: ¿ De qué hablaríamos con cualquiera?
Las ganas de tener hijos no se van jamás, ni aunque los médicos nos asusten con noticias espantosas de embarazos en primogestas añosas.
El único fantasma que rodea la mente de estas mujeres es el de la edad futura. Una amiga que tuvo un hijo a los 41, me dijo: “ No hay día en que no se me cruce por la cabeza el pensamiento de vivir todo el tiempo posible, porque quiero verlo crecer y estar viva para ver con qué idiota se mete de novio” .
Ya conseguimos lo que hasta hace poco era atributo exclusivamente masculino: tener hijos a una edad madura. Ciertos estudios lo confirman: tener hijos de grande le hace bien a la salud de las mujeres. Parece que te renuevan el organismo, te posponen la menopausia y te dan una refrescadita que no te la da ni una estadía de un año en la clínica de la Dra Aslan a puro Gerovital intravenoso.
Tener un hijo es un acto de fe ciega, un salto al vacío, una apuesta al mil por mil.
No es posible estar un poquito embarazada, para probar , ni ver si te gusta ser madre por un tiempito, para devolver al bebé en caso de que te moleste.
Como si eso fuera poco, un bebé se enfurece si hablas con otra persona que no sea él, quiere que lo cargues en brazos todo el día y no quiere dormir ni aunque esté llorando de agotamiento. Tampoco puedes atarlo, encerrarlo ni encadenarlo, porque si se entera un pariente o vecino te denuncia y va presa, porque es delito.
Es tu responsabilidad convertir en un ser socialmente adaptado a un lunático de un metro de alto capaz de tapar con sus gritos a una sirena de bomberos.
Estás frente a la decisión más importante de tu vida. Lo que decidas, “ Sí, tengo un hijo”, o “Mejor no” , te cambia la vida para siempre. Es lógico que estés confundida. ¡Si no estás confundida, no estás prestando atención!
Claro que quieres llegar a una decisión acertada de la que no te vayas a arrepentir. Pero a esta edad tampoco estás como para rumiar la idea demasiado tiempo, antes de que te agarre la menopausia.
Si una se la pasa esperando que llegue el mejor momento para tener un hijo, el mejor momento no llega nunca. Porque todavía no obtuvimos ese ascenso en el trabajo, porque aún no pudimos mudarnos a un dos ambientes o porque tu perro aún es muy dependiente.
Las ganas de ser madre a veces son tan intensas que nos inclinan a tomar la decisión sin pensarlo demasiado. No sería este mi consejo: después del momento de felicidad de saber que pudimos quedar embarazadas, se vienen largos años dependencia absoluta de parte de un ser a tu cargo.
No, no lo compares con tu perro ciego y paralítico: cualquier perro idiota es Superman al lado de un recién nacido. Los recién nacidos nacen tan confundidos que creen que todavía están en el útero 25 años después de haberlos parido.
Piénsalo bien antes de hacer planes, y no creas que un hijo te va a solucionar los conflictos de pareja. Todo bebé tiende a empeorar, no a mejorar, los conflictos de pareja.¡Los bebés ni siquiera toleran que los padres se besen!
Saber si una se anima a ser madre a los 40 no es un tema que se resuelva hablando con otras madres.
Todas, sin excepción, te dicen: “Hazlo, no te vas a arrepentir... ¡ Tienes que tener la experiencia!”
Lo que no te dicen es que esa experiencia dura para siempre.
Si la maternidad está en tus planes, recuerda que ser madre es una tarea sólo comparable con subir al Himalaya sin entrenamiento ni oxígeno embotellado.
¡Pero es lo más lindo que hay!
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