lunes, 8 de septiembre de 2008
¿ A cuantos sapos hay que besar?
Las mujeres de 40 años se dividen en dos grandes grupos:
a) Las que creen que tienen todo el tiempo del mundo para conocer al hombre ideal, y que aún podrán encontrar un galán hasta en el asilo de ancianos.
b) Las que creen que cada tipo que conocen es el último de su vida, y que si lo pierden morirán solas.
El resto de las mujeres fluctúa entre los sentimientos “a” y “b”: de enero a marzo pasa a formar las huestes del grupo “a” y de junio a diciembre al grupo “b”. Y la verdad, es que tanto el grupo “ a” como el “ b” viven equivocadas.
Durante tres siglos, la Inquisición persiguió y exterminó a cualquier mujer sospechosa de herejía, simplemente porque si no se casaba pronto, era rara..
Una profesional que trabaja en misiones de ayuda de las Naciones Unidas me contó que en todas partes del mundo, una mujer sola y sin hijos inspira compasión o sospecha. Las mujeres árabes y las hindúes, sometidas como pocas, agradecen el sistema ancestral de que los padres arreglen su matrimonio de antemano cuando ellas tienen doce años. Porque para ellas no hay peor horror que llegar solteras a los 20 años. En el fondo de nuestra alma, todas vivimos un poco espantadas con el miedo atávico de morir solas. Seguimos temiendo que si somos solteras nos quemen como a brujas herejes. O que si vivimos solas, alguien se entere de que hemos muerto porque el perro ladra demasiado y sale mal olor de nuestro apartamento de soltera
Formar pareja está tan grabado en nuestro cerebro que nos aguantamos casi cualquier cosa del hombre que tenemos al lado, con tal de no estar solas. No eres la única que tienen tantas ganas de ligarse con alguien “ hasta que la muerte nos separe”, como horror ante la perspectiva de hacerlo. Si te sirve de consuelo, la mayoría de los hombres sienten lo mismo que tú: una sensación parecida a sentir una atracción irresistible hacia los escorpiones.
Quieres un hombre en tu vida. Pero no quieres volver a sufrir por amor.
Quisieras saber elegir bien. Pero no tienes idea de cómo se elige bien, porque no quieres más sufrimientos y decepciones.
Cualquier primera salida típica con un nuevo hombre puede terminar de manera calamitosa, cuando él, por ejemplo, insiste en cuándo volver a verte, cuando es obvio que no tienen nada en común.
O cuando él, para no perder la noche por completo, te pide el teléfono de alguna amiga que esté “libre”, para tener con quién salir el sábado siguiente, dado que contigo no hubo química.
Otro puede llevarte a cenar para hablar solamente de autos, de deportes y de autos deportivos.
Otro puede parecer mudo hasta que pide la segunda cerveza. Después parece atrevido hasta que pide la cuarta cerveza. Después parece enfermo hasta que pide la quinta, con la cual vuelve a quedarse mudo como empezó, y tú decides volver a casa en taxi, porque al tipo ya no le importa si estás o no estás ahí.
Un hombre nuevo puede pecar por demasiado activo o demasiado pasivo. Pero a las mujeres lo que nos importa es su genuino interés hacia nosotras como personas. Generalmente ellos sólo demuestran un genuino interés hacia nuestras tetas. ¿Cuantas veces gastamos perfume francés en hombres que no merecían siquiera que gastemos jabón? Pero igual conviene peinarse antes de salir, porque el amor es ciego, pero el vecino de al lado , no.
Cuando una besa a un sapo esperando que se convierta en príncipe, lo más probable es que él no se convierta en príncipe y que una sí se convierta en otro sapo. Pero más vale hombre fallado que cien perfectos volando.
Después de unas cuantas salidas frustrantes con hombres que parece que hubiéramos elegido jugando al Gallito Ciego en el patio de un manicomio, muchas mujeres corren a paliar su soledad a través de un sistema donde al menos nos ahorramos de ver dobles papadas ,cutis destrozados por el acné juvenil, bigotes de ratón o cuerpos raquíticos u obesos: Internet.
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