lunes, 8 de septiembre de 2008

La tintura es un viaje de ida

LA TINTURA ES UN VIAJE DE IDA En treinta años, sólo una vez osé dejarme el pelo de mi color natural. Creo que la intención me duró un mes y medio, hasta el momento exacto en que mi dulce hija de ocho años me dijo, horrorizada , al ver el crecimiento: “ ¡Mamá, estás llena de pelos blancos!”. Esto me traumatizó de tal modo, que corrí a hacerme otra vez los ineludibles reflejos, que permiten camuflar las canas entre un desquicio de mechones amarillentos, que llevaron a que mi hija cambiara de opinión : “ ¡Mamá! ¿ Por qué tienes el pelo de tres colores distintos?¡Pareces un perro!”. Ahí supe que las mujeres de 40 variamos entre un tono de pelo castaño salpicado de canas a diferentes y cálidas coloraciones caninas. Estamos en un país donde todas las mujeres son rubias y todos los hombres son morochos. Obviamente, esa añoranza de ser rubia con ojos celestes se nos convierte en una imposibilidad eterna, pero solucionable a través de los decolorantes. La vez pasada escuché en la tele a un coiffeur 0diciendo “ El rubio suaviza las facciones y disimula las canas” . En la década del ´70 las chicas nos aclarábamos el pelo mojándolo con té de manzanilla o jugo de limón . Las más osadas usaban agua oxigenada , para acercarse al rubio. A fines de los ´70 se empezaron a usar los claritos y los reflejos. La que se hacía reflejos empezaba a aclararse mechas tímidamente. Pero cuando el pelo crecía, había que volver a aclararse las raíces. Con tantos reflejos “ naturales” sobre el color oscuro, en tres meses quedábamos tan rubias y pajosas como escobas. Y justo cuando estábamos todas llenas de reflejos, entusiasmadas por estar a la moda, salió una publicidad televisiva anunciando una marca de nuevas tinturas de tonos marrones , en la que dos bellas modelos castañas confirmaban que la nueva tintura venía en una gama de “Marrones bien marrones...¡Sin esos espantosos reflejos rojizos!” Los reflejos tuvieron esclavizada a toda una generación de mujeres indecisas entre el marrón ratón y el amarillo canario. El resultado era muy parecido a la pelambre de un jabalí . Y además había que retocar las raíces cuando crecían. Pero todos los peluqueros te retocan también las puntas, y te alejan del color ratón y el color jabalí para llevarte directo al color canario. Los reflejos son un viaje sin retorno. Una vez que te los has hecho, no sólo te cuesta mucho volver a ser morocha, sino que es algo imposible de lograr, por razones psicológicas y prácticas. Las psicológicas son que los hombres tienen idealizadas a las rubias. Una vez un novio que me conoció rubia miró mi aspecto pre-tintura en la fotografía de mi documento y, horrorizado, exclamó sin asomo de galantería: “¡No me digas que eres morena!” Los hombres miran más a las rubias. Creen que las morenas son más profundas y las rubias, más frívolas. Nada más falso : el mundo está lleno de morenas frívolas. Las mujeres también idealizamos el rubio: Marilyn Monroe, y Marlene Dietrich, son ejemplos típicos de morochas devenidas rubias en pos de la fama.Convengamos que no es lo mismo que te digan que vieron a tu marido con una morocha, a que te cuenten que lo vieron con una rubia. La morocha puede ser la prima o la mucama, pero la rubia...¡seguro que es la amante! Y, puestas a rivalizar, se complica más competir con una rubia que con una morocha como una ... No hay peluquero que sepa como resolver el tema de las canas. El pelo crece y otra vez aparecen las raíces oscuras salpicadas por hebras blancas. Entonces volvemos a la peluquería para ver cómo solucionar ese aspecto raro, y te recomiendan que te hagas reflejos rubios. Tiempo más tarde, el mismo peluquero que te hizo los reflejos mes tras mes, te reprocha amargamente que tienes el pelo a la miseria porque te lo decoloraste. Sugiere volver a foja cero y teñirte de oscuro. Pero si te tiñes de oscuro, al mes se ve el crecimiento de las raíces de color claro. Y si tiñes de claro, al mes se ve el crecimiento de las raíces de color oscuro. La tintura oscura nos endurece los rasgos. La decoloración nos reseca el pelo. ¿Qué podemos hacer? ¿Raparnos a cero? En cuanto a pelos se refiere, los hombres tienen una enorme ventaja sobre las damas. Sus preocupaciones capilares se basan en afeitarse o no. Y justo cuando empiezan a tener canas se les cae el pelo para siempre, de una vez por todas. Qué suerte tienen. COLORACIÓN CASERA Parece que todavía quedan un par de peluqueros en el mundo que te miman. Y, como una no quiere que pierdan los buenos modales, se entrega en cuerpo y alma a sus manos sabias, y así es como todos los meses luce un color de pelo distinto y tiene el pelo cada día más corto. Es curioso que el mismo peluquero que te juró por su madre que él usaba una tintura suave, no corrosiva, sin amoníaco ni agua oxigenada, que tiñe con coloración ecológica a la miel, tono sobre tono... ¡ es el que después te asegura que tienes el pelo destruido de tanto teñirlo, y que debes cortarte la parte arruinada! ¿Es que hay que ir a las peluquerías con escribano público para hacerle firmar a cada peluquero un acta de compromiso formal? Un día, como si fuera garantía de trabajo bien hecho, me hice coloración y permanente en el local de un famoso y carísimo peluquero. Me hizo tal desastre que llamé a un abogado. El abogado me dijo que podía hacerle juicio, intimándolo previamente a idemnizarme por el pelo perdido. Pero me dijo que para eso tenía que dejarme el pelo de color remolacha, porque si me lo arreglaba o cortaba, ¡me quedaría sin pruebas fehacientes del daño ocasionado! Entonces supe por qué nadie le hace juicio a los peluqueros. ¿ Qué mujer aguanta un mes dejándose la cabeza con un extraño look “Prueba del delito”? Yo corrí a cortarme el pelo y arreglarlo con más baños de crema que los que jamás soñó Cleopatra, la que se bañaba en leche de burra, y me renuncié a la demanda. Los peluqueros son una raza peligrosa. Mi lema en la vida es”: Nunca le creas a un hombre. Pero créele menos a un peluquero”. El mismo peluquero que te recomendó su sistema de teñir de oscuro las raíces y hacer reflejos encima, al mes siguiente te dice “ ¿Cómo quieres que te vuelva a teñir las raíces de oscuro? Sobre ese tono claro que te hicieron no te va a tomar el color... ” ¿ Cómo decirle “¡Fuiste tú el que me hizo esto, pedazo de animal!”? Imposible. Estás sentada con un babero gigante, y él está parado a tus espaldas con una tijera enorme en la mano. Toda la situación te coloca en un lugar de vulnerabilidad absoluta. Ante esa relación de fuerzas tan desparejas, lo mejor es callarse la boca... y teñirte el pelo tú misma, en casa. Pero la tintura casera también depara sorpresas. Lo que en la foto de la caja era un Rubio Ceniza en tu cabeza queda como un Marrón Diarrea. El Rubio Dorado es un Mostaza Rabioso. El sensual color Cereza Cálida a ti te queda Zanahoria Luz de Neón. Y el Castaño Oscuro que usas para tapar todos los desastres anteriores, te queda de color negro tinta con reflejos verdosos. Para una cantante punk va bien, no para una señora que tiene que ir a la reunión de madres de la escuela a juntar fondos para cambiar los pizarrones, que tienen un color más cálido y natural que el de tu pelo. Esto tiene una ventaja: tu vida ya no es aburrida. ¡Estás signada a tener un destino capilar multicolor! El problema hay que llenar con datos personales con formularios y solicitudes, en los que hay que poner las señales personales. Hasta “Color de ojos”y “Tez”, va todo bien... pero en “Color de cabello” ¿Qué ponemos? ¿El de nacimiento, el actual o el de L´Oreal? ¿ El que creemos que tendríamos que estar teniendo antes de que nos tiñéramos por primera vez en 1979? ¿El nombre del color tal como aparece en la caja de tintura, o un nombre de fantasía que inventamos, más acorde a como realmente nos quedó? ¿Anotamos nuestro color de pelo según lo ve nuestro marido, nuestros hijos o una misma? Porque hasta en eso nadie se pone de acuerdo. Nos teñimos de colorado y nos dicen “ Qué lindo marrón” o “ Me gustaba más el tono rubio”. Nos teñimos de rubio y nos dicen “¿ Por qué te oscureciste el pelo?” .Eso, si tienes la suerte de que te miren y comenten tu aspecto. En casa puedo aparecer con el pelo violeta y nadie nota la diferencia. ¿Tanto cambio les habrá anestesiado la percepción? Por eso, en los formularios que preguntan el color de cabello, podemos llenar esa línea poniendo “Indefinido” si el color nos quedó mal y “Variable”, si nos quedó bien. De todos modos, por más que un tono nos quede bien, una sabe que no será el definitivo, y que jamás podrá repetirlo. Cada vez que me encuentro con una amiga, le digo: “Mírame fijo y recuerda este color divino, porque nunca más en la vida volveré a tener el mismo”. No por feo o poco sentador... ¡sino porque es técnicamente imposible! Y lloramos juntas cuando ella me dice: “ Qué lastima... Este es el mejor color que has tenido!” y yo le respondo: “ ¡Ya lo sé, pero no puedo retenerlo! ¿Qué le voy a hacer? ¡Buaaaá!” . Por todo esto es que evito las visitas a la peluquería lo más posible. Antes, preferiría hacerme un tratamiento de conducto. Mi amiga María Laura se hizo fan de la tintura casera hasta que se vio en una foto de espaldas que el marido en las vacaciones: - ¿ Qué es esa raya blanca que tengo en la parte de atrás de la cabeza? le preguntó al marido. - Son tus canas - ¡No me digas que ando por el mundo con el aspecto de un zorrino! Es así: una cree que con 20 minutos de tintura se tapan las canas, pero no. Las cajas negras de los aviones deberían fabricarse con canas: resisten cualquier cosa. Lo bueno de crecer es que hace como treinta años que no tengo en el cabello ni un una punta florecida. ¿ Será que el pelo, como todo lo demás, sólo florece en la juventud? La verdad es que ahora el pelo se me cae antes de que le llegue la hora de florecerse Pero por el bien de mi percudido cabello, semana tras semana me lo nutro, hidrato, vitaminizo, energizo, humecto y protejo con veinte cremas distintas que hay que dejar en el pelo mojado durante 20 minutos en frío o 10 minutos con calor, por lo cual siempre es más el tiempo que ando con el pelo mojado que con el pelo seco. Pero tanto baño de crema no mejora el aspecto de mi pelo. Me pregunto si tanto baño no me lo estará pudriendo. Al final, después de tanto nutrir, hidratar, vitaminizar y humectar tanto mi pelo, siempre me lo termino atando con una gomita. Hace poco descubrí por qué las chicas de la foto de los envases de baños de crema y tinturas siempre lucen el pelo mejor que yo: ¡ Es que yo no estoy meciéndome en una hamaca, como ellas, cuando les sacaron una foto! A veces comprendo que las mujeres musulmanas no quieran abandonar el chador. Cualquier cosa que te ayude a taparte el pelo es el mejor amigo de la mujer de 40.

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