lunes, 8 de septiembre de 2008

Cómo seguir unidos, pese a todo

A los 40, todas las mujeres se quejan de algo. Las divorciadas se quejan de que no lograron hacer una relación de amor que durara toda la vida. Las que siguen casadas con el primer amor no la pasan mejor: empiezan a encontrarse con que el amorde toda la vida se transformó en un tipo raro que cuida más a su teléfono celular que a su esposa. Conclusión: Las casadas envidian a las valientes que se atrevieron a divorciarse, y las divorciadas envidian a las corajudas que se animaron a seguir casadas. A ambos bandos les conviene pensar que hicieron lo que creyeron mejor, ¿ para qué seguir torturándose? En el fondo, creo que muchas parejas pasan por varias crisis a lo largo de su relación, porque soportar siempre a la misma persona al lado, es algo casi antinatural. Si ambos no le ponen un poco de sal a la rutina, los dos pueden llegar a sentir que el perrito de porcelana que les regaló la abuela tiene más vida que ellos dos juntos. . A los 40 no nos quedan tantas cosas de las que nos podamos asombrar demasiado del otro. El artista plástico Andy Warhol decía que en vez de explicarles pronto a los chicos la mecánica del sexo, tal vez habría que revelarles de repente, y en modo sugerente, todos los detalles a los cuarenta años. Así, súbitamente, a los cuarenta, la vida tendría otro sentido: “Son los largos promedios de vida los que están echando por tierra todos los viejos valores y su puesta en práctica . Cuando la gente aprendía las cosas del sexo a los dieciséis y se moría a los treinta y cinco, obviamente tenía menos problemas que la gente de hoy que se entera del sexo a los ocho y se vive hasta los ochenta. Es mucho tiempo para darle vueltas al mismo concepto. Los padres que realmente amen a sus hijos y quieran que se aburran lo menos posible durante sus vidas, deberían procurar contarles lo menos posible mientras pudieran, para que los hijos tuvieran algo que los ilusionara por más tiempo.” Es cierto lo que dice: tal vez, después de ciertos años de casados haya que inventarse cosas nuevas para permanecer unidos. Por ejemplo, que él haga buceo y ella busque fósiles. Después se juntan, e intercambian ricas experiencias: “ Me tragué un calamar sin darme cuenta”, diría él; “ Y yo me fracturé un pie con la pala al tratar de sacar un fémur de Triceratops”, diría ella. Y el matrimonio iría sobre rieles.Hay que tener intereses separados, trabajos separados, vacaciones separados, hijos separados...¡cualquier cosa separados con tal de permanecer unidos!

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