lunes, 8 de septiembre de 2008

Cara de goma

Antes, una se levantaba y se acostaba con la misma cara, y esa era la cara que llevaba todos los días, todo el día. A los 40, nuestras caras parecen de plastilina. Cambian según la hora del día, según cómo nos sentimos, según cómo dormimos la noche anterior. En esta etapa de la vida nos pasa que al mostrar fotos de las vacaciones, la gente nos pregunta : “ ¿Y esta quién es?”, señalando nuestra propia imagen . ¿Cómo puede ser? ¿ Nos sacamos la foto hace tres meses y ya estamos irreconocibles? ¡El smog de la ciudad hace estragos! En esta edad nos cuesta identificarnos con nuestra propia imagen: ¿ Por qué si los hombres a la mañana despiertan con la misma cara , la noche estropea solamente los rostros de las mujeres? ¿Qué pasa? ¿Todos los espejos funcionan mal? ¿Están descompuestos, distorsionados o fuera de foco? ¿Qué cara tenemos realmente? ¿La de la mañana o la de la noche? ¡Menuda crisis de identidad nos toca vivir! Porque además nos pasa que tenemos tanto pavor de que nos vengan las arrugas todas juntas, que nos hacemos mala sangre a cuenta.O sea que las mujeres de 40 nos vemos a nosotras mismas mucho peor de lo que nos ven los demás porque nos pasamos buena parte del día vigilando “qué se nos cayó hoy”, “qué arruga nueva tenemos”o “cuánto más nos cuelga la papada”.No sea cosa que la vejez nos ataque por sorpresa, y nos levantemos una mañana viendo que hay una vieja en el espejo. Las mujeres somos despiadadas con nosotras mismas, y no nos perdonamos caer en las generales de la ley, que incluye el proceso de envejecer. ¡Que envejezcan los hombres, los monos, los caballos y los elefantes, pero no las mujeres! ¡La hembra de la especie humana que debe ser siempre joven y bella! Es un trabajo enorme acostumbrarnos a nuestra propia cara Pero al cumplir 40, que es justo cuando empezábamos a acostumbrarnos a nuestra cara...¡justo la cara nos cambia y tenemos que empezar de nuevo el proceso de acostumbramiento! ¿Será un invento de la naturaleza para que nos aburramos de tener siempre el mismo aspecto? ¿Será un truco para indicarte que tu vida tiene que cambiar para hacer juego con tu cara cambiada? Hay días en que al levantarnos vemos en el espejo del botiquín del baño a una vieja de 70. Al rato, en las vidrieras vemos reflejada la cara agotada de una mujer de 50. En el espejo retrovisor del auto nos vemos como un calco de nuestra madre. En el espejo de la peluquería vemos la cara de nuestro abuelo. En el espejito de mano vemos los ojos de una quinceañera . Y en el espejo de la recepción de casa, a la noche, vemos la cara de la abuela de Drácula después de un ataque feroz de hepatitis... ¿No es como para volverse loca, con tanto cambio de identidad? ¿ Nunca más vamos a ver la cara que teníamos siempre a los 20, la reconocible cara de UNA MISMA? Una amiga me contó que un día se miró al espejo y se asustó al ver que tenía algo pegado en la cara . Se miró más de cerca, y ese “ algo” eran ...¡ flamantes patas de gallo que nunca había visto antes ! El mismo día pidió hora con el dermatólogo y con el oculista. Los dos le amargaron el día diciéndole : “ ¿Qué quiere? ¡Es la edad!” Hay veces que una quiere estar espléndida para una reunión especial . Las reuniones lindas son las reuniones en que la gente está contenta. La gente contenta sonríe. Si una sonríe, se arruga. Si se arruga, ya no está linda. Si no está linda, se amarga la noche. Ergo, a los 40 no existen más las reuniones lindas en las que una se sienta feliz. Si a una le cuentan chistes y no se ríe para estar bella y sin arrugas, los demás piensan que una es un plomo total. Ergo, no la invitan más a ninguna reunión. ¿ Resultados? Nos quedamos solas en casa. Aburridas pero BELLAS. Ahora bien, ¿ Es negocio que los demás comenten: “ Oye, a esa amiga bellísima que tiene 40 pero parece de 30, no la invites más porque es un pelmazo”? ¿ O más bien sería un atentado a la dignidad que dijeran lo contrario: “ Volvamos a invitar a esa vieja divertida que estaba el otro día, que tiene toda la onda y todas las arrugas” ? Si lo pensamos detenidamente, una mujer de 40 está en una edad en la que no puede arriesgar encontrarse con nadie a pleno sol, porque mirara el sol la obliga a llenarse de arrugas. Y tampoco puede arriesgar divertirse un rato, porque si divierte, se arruga. Entonces, ¿ Cuál es la fórmula de la eterna belleza y juventud? ¿ Estar aburrida en la oscuridad? Una amiga mía, bella pero arrugada , dice que a ella sus arrugas no la conflictúan porque son producto “de la risa y el sol”.Pero si un joven atractivo de 30 años te sigue por la calle piropeándote, hasta el momento en que se te acerca, y cuando te ve arrugas se va ... ¿ Puedes gritarle:“¡Oye, regresa!¡ Mira que mis arrugas son de risa y sol, y en las fiestas me río como loca! ”? No creo que eso convenza a nadie. Así que, por el momento, no le veo salida al dilema . Digo: una salida en la que no intervenga sangre, anestesia y bisturí .

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