lunes, 8 de septiembre de 2008

¡Cuarenta veces cierto que cumples 40!

CUARENTA VECES REAL Cuando soñamos, nunca tenemos 40 años. Cuando tengo la suerte de recordar mi sueño al despertarme, y me veo en él como protagonista de mis propios sueños y pesadillas nocturnas, siempre aparezco delgada y juvenil, llevando alegres vestidos estivales, de los que doné a la iglesia hace veinte años. En mis sueños hago cosas que hace siglos dejé de hacer: trepo montañas, patino en el hielo, esquío en la montaña y soy capaz de nadar con un estilo nada despreciable. Pero al despertar, me doy cuenta de que en la vida real apenas si me dan las energías para limpiar el lavabo, pasar el trapo por los pisos y planchar la ropa. No importa, de todos modos... ¿ quién tienen ganas de nadar? Sin embargo, las mujeres de 40 sufrimos severos ataques de autoexigencia extrema. Nos obligamos a ser las mejores madres, esposas, profesionales y amas de casa. Queremos controlar el contenido de la heladera, del lavarropas, del horno, del interior del estómago e intestinos de nuestros hijos, y del contenido del cerebro de toda la familia. Queremos mantener el control de todo lo que pasa en el trabajo y en nuestro hogar. Queremos demostrarnos a nosotras mismas y a todo el mundo que podemos hacer todo, y además, crecer como personas. Y es así como a esta edad empezamos a llenar las aulas de cantidad de cursos de jardinería, porcelana fría, macramé, náutica y carpintería que se nos cruza, además de clases de idiomas, arpa, danzas árabes, Tai Chi Chuán y laúd. ¿Conclusión? Llegamos tarde a todas las clases, olvidamos los materiales y hasta olvidamos qué día nos tocaba ir el arpa china. Nos sumergimos en responsabilidades infinitas y para cualquier otra persona que no sea otra ocupadísima mujer de 40 años, nadie logra entender cómo llevamos a cabo todo eso en el corto lapso de las 24 horas que dura un día. . ¿En qué se nos va esta década a las mujeres de 40? Mejor, planteemos la pregunta al revés: ¿Quién puede abrir cada puerta y alcantarilla de la casa a una cuadrilla antiplagas que nos debe fumigar todo, justo a la hora en que todos partes a la escuela o el trabajo? ¿ Qué chaval de 11 años puede pedir turno con el ortodoncista y no olvidar que martes y jueves tienen básquetbol y que los lunes y viernes tiene inglés? ¿ Qué abuela de 78 años puede ir al kinésiologo que le da un turno nocturno en su consulta en un barrio donde no pasan autobuses? ¿ Qué marido puede llevar a la ginecóloga juvenil a una hija de 14 años que se queja de escozores vaginales? ¿ Qué hijo de 15 años puede tender la mesa, servir los sandwiches y recibir a los 25 chavales que llegan a casa a festejar el cumpleaños de su hermano menor? ¿ Qué hermano de tu hijo menor puede conseguir para mañana sin falta tres metros de cinta roja, diez plumas blancas y cuatro pelotas de poliestireno para un trabajo escolar? ¿ Qué otro miembro de la familia puede explicarle al técnico que viene a reparar el lavarropas el sonido extraño hace el tambor del lavarropas en el proceso de centrifugado? ¿ Qué otro habitante de tu hogar le puede explicar al electricista cuál es el problema con el portero eléctrico, que suena pero no abre la puerta? ¿ Quién de la casa le puede explicar al veterinario los síntomas extraños de tu perro, que sufre alergias varias? ¿ Qué marido puede encontrar solo el destornillador para reparar el timbre de la entrada? ¿ Qué miembro de la familia puede ir a la escuela a escuchar otra vez a la maestra de tu hijo diciendo “ Su hijo es capaz, lo que pasa es vago?” ¿ Qué tío o tía se sentaría junto a tu hijo para ayudarlo a terminar la monografía sobre las obras de Homero? ¿ Qué padre se animaría a apagar el televisor luego de que sus hijos hayan pasado cinco horas paralizados delante del aparato? ¿ Qué vecina puede adivinar que tu hija mayor sólo quiere pastel de fresas para su cumpleaños, exactamente ese tipo de pastel que haces tú? Tu propia vida es la prioridad numero uno, claro. Pero a veces no hay nadie más que ti para hacerse cargo de mantener la integridad de la casa y el bienestar de cada uno de los miembros de la familia. Entonces tu propio bienestar pasa a ser la prioridad cinco mil uno. Claro que puedes mandar todo al cuerno y decirte: “ ¡Que se arreglen sin mí!”. Pero si lo haces, seguramente llegarás a casa para encontrar un perro que se rasca desesperado, 25 párvulos intoxicados por la fumigación, una nota de un técnico que dice “ No reparé el lavarropa porque nadie sabe qué es lo que tiene”, un timbre que no anda porque tu marido no encontró ni un destornillador, un par de hijos idiotizados por una sobredosis de televisión, una hija llorando porque nadie le hizo pastel de fresa para su cumpleaños y además sufre tiene una terrible comezón genital, y un contestador telefónico que arde en llamadas de la maestra citándote para quejarse de tu hijo, de tu madre ofendida porque no la llevaste al kinesiólogo, y de los profesores de inglés y de básquet diciendo qué pasa con tu hijo que no va a las clases... cuando tampoco el chaval tampoco recordó ir al ortodencista. Esa es la vida real. Pero a los 40, las vicisitudes de la vida real también se multiplican por 40. Porque seguramente tienen algún padre con achaques, hijos grandes rebeldes, hijos pequeños dependientes, y un marido achacoso, rebelde y dependiente. La fórmula para sobrellevar los 40 con placidez y responsabilidad es ir entrenando a la familia para que puedan hacer solos la mayor cantidad de tareas posibles. Tampoco puedes hacerte cargo de todo, porque si te estresas y nadie puede contar contigo...¿cómo sobrevivirán todos? Tómate tu tiempo y, cada tanto, date permisos para relajarte. Hay algunas cosas muy buenas que sólo suceden a esta edad. Por ejemplo, cuando una tiene 15 años y pasa el día entero sin salir de la cama, es síntoma de enfermedad. Cuando una tienen 20 años y pasa el día entero sin salir de la cama, es síntoma de depresión. Cuando una tiene 70 y pasa el día entero sin salir de la cama, es síntoma de reumatismo. Pero cuando una tiene 40 y pasa el día entero sin salir de la cama...¡ es síntoma de que se tomó un merecido respiro y que sabe disfrutar de la vida!

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