lunes, 8 de septiembre de 2008
Coo sabes que mejor seria que ni pienses en trabajar y te quedes tranquila en casa
Quedarse trabajando en una oficina puede volvernos tan locas como quedarse en casa haciendo de madre. Hay una serie de síntomas que alertan a cualquier mujer sobre la necesidad de ir pensando cómo volver a casa y hacerse cargo de la vida doméstica. Y es cuando...
- Intentas de ingresar tu clave personal de la computadora en el microondas.
- Tienes una lista de 15 números telefónicos para contactar a tu familia de 3 personas.
-Envías un e-mail a tu compañero de trabajo sentado en el escritorio de al lado para preguntarle si tiene fuego.
- Cuando el jefe no mira, chateas con un extraño de Malasia, pero hace días que no hablas con tu marido.
Perdiste contacto con todos tus amigos que no tienen correo electrónico.
Tu idea de estar organizada es cubrir tu escritorio con notas en papelitos amarillos autoadhesivos.
- Cada problema que aparece en tu casa, lo delegas a tu mucama.
- Ya no te importa la salud de tus hijos, mientras no vomiten sangre.
- Te estás alimentando a café y patatas fritas chizitos. Y para colmo no bajas un gramo de peso.
- Estás tan acostumbrada al viaje en tren, que duermes durante todo el trayecto e y te despiertas justo en tu estación.
- Estás tan acostumbrada volver a casa en auto, que manejas casi dormida.
-Cuando haces llamadas telefónicas desde tu casa, marcas un '9' para tener línea.
- Tu salvapantallas tiene la foto de tus hijos ...cuando eran bebés.
- Tu supervisor no tiene idea de cómo hacer tu trabajo.
- Bailas feliz cuando te aumentan un 1,7%.
- Hasta en verano es de noche cuando entras y sales del trabajo.
- Eres la única que recuerda el nombre del primero de los últimos siete gerentes.
- Duraste más en tu oficina que el logotipo de la empresa.
- Tu mayor tristeza cuando se te rompe el ordenador es que perdiste unos chistes bárbaros.
- Si ves alguien sonriente, sabes que no es de la empresa.
- Los únicos que te tratan bien en el trabajo son los promotores de seguros de vida.
- Ya estás atrasada con el trabajo que te acaban de entregar.
- Todo lo que está en tu escritorio debía estar listo el mes pasado.
- Tu familia no tienen idea de qué tipo de trabajo haces. Y tú tampoco.
-Alguien que trabaje cien metros bajo la tierra tendría mejor color en la cara que tú.
- El sereno nocturno ya te saluda por nombre y te consigue cigarrillos.
- Sabes enviar un fax, recibir un mail y almorzar ravioles helados, todo al mismo tiempo.
- La bolita de tu mouse está chata de tan gastada.
- Cuando te olvidaste algo en el trabajo, cometes el fallido de “lo dejé en casa”.
- Vivís con los ojos rojos de tanto mirar la pantalla del ordenador.
- Estás al tanto de todo lo que pasa en el fútbol, sólo de escuchar a tus compañeros de oficina hablar de los partidos del fin de semana.
- El moquete de la oficina te hace cargar tanta electricidad estática, que al llegar a casa, en vez de un beso a tus hijos les das una patada eléctrica.
- Pasaste de vivir distraída a vivir destruida.
- Un día te das cuenta de que tu hijo te llega por el hombro, y no sabes cuándo fue que creció 25 centímetros de golpe.
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