lunes, 8 de septiembre de 2008

Bienvenidas a los 40 , una década para darse los gustos

El número 40 siempre se usó para indicar “gran cantidad”: —“En el teatro me dijeron que quedaban más entradas, y yo vi que tenía como 40. “ —“No digas que no comiste nada, porque en la lata faltan como 40 galletas.” —“Esperé 40 minutos y no vino nadie.” —“El primer premio es de 40 kilos de chocolate.” —“¡A Pablito le saqué 40 piojos de la cabeza!” — “ Vayamos a otro lado : aquí el menú sale 40 pesos” . — “No se preocupe, señora: le entregamos la heladera en 40 dias” A los 15 años una se puede pasar una mañana entera depilándose las cejas. A los 20 podíamos pasarnos una tarde entera depilándonos las piernas. A los 30 perdíamos el día depilándonos las axilas . A los 38 pasábamos una semana entera depilándonos las canas. Y a los 40 nos damos cuentas de que nadie se fija en nuestros pelos y que perdimos demasiado tiempo en ellos . Entramos en esa etapa en la que hay más probabilidades de que si un hombre nos sigue por la calle esté más interesado en nuestro bolso que nuestro culo. Por eso a los 40 empezamos a cuidar a nuestro bolso más que a nuestra castidad . A los 40 una empieza a distinguir lo superfluo de lo importante, y lo importante de lo imprescindible. Es superfluo amargarse por tener un granito en la nariz, es importante cuidar el nivel de colesterol y es imprescindible encontrarse con las amigas por lo menos una vez al mes.. En esta etapa de la vida sabemos que más vale desarrollar la mente y el espíritu que desarrollar los músculos abdominales. La mente siempre se quiere desarrollar, pero los abdominales abandonan a mitad del ejercicio! Según las estadísticas, las mujeres de 40 tenemos por lo menos 40 años más por delante para disfrutar a pleno. Por eso, más vale que los disfrutemos con moral alta, sonrisa plena y un corte de pelo que nos tape las arrugas de la frente . Mejor que ser una joven frustrada es ser una mujer madura que se acepta a sí misma. A esta edad una empieza a hacer las paces con la vida: esto es lo que hay, y hay que acostumbrarse. Mirando la foto del cumpleaños de veinte, decimos: “¡Mira que linda que era yo, y no lo sabía!”. ¡Muchacha, dentro de 40 años veremos una foto de hoy y diremos lo mismo! Aunque no te des cuenta, hoy mismo estás en la flor de la edad. ¿ Qué tal si la empiezas a disfrutar a pleno?

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