lunes, 8 de septiembre de 2008

La chica de 40 en el restaurante

Si vas a un restaurante con tu marido, piden una pizza chica en vez de una grande, y una ensalada completa para compartir en lugar de una Suprema Maryland. Eligen la mesa en la ventana para chismear a la gente en vez de la mesita íntima del fondo. Cuando el mozo te pregunta si al bife lo quieres bien cocido a más crudo, le respondes: "En pedacitos". Evitas todo lo que sea picante. Te quejas al mozo de que la gelatina es muy dura. Pides tu orden sin sal, o con sal sin sodio. En vez del restaurante caro y de moda vas al bodegón barato de la vuelta, o a la fonda del chino donde se come de todo por cuatro pesos. En vez de Fondue Savoyarde en la Maison de Charles , tú y tu marido, van a buscar un pollo asado a la rotisería de la esquina. Si ves una cucaracha debajo de la mesa, en vez de armar un escándalo al gerente, la pisas y sigues comiendo. Sólo les dejas propina a los camareros que te atendieron bien. Comes como una cerda, pero el café lo tomas con sacarina.

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